sábado, 19 de febrero de 2011

El gran sueño del pibe

ME PARECIÓ UNA HISTORIA DIGNA DE UN AUTÉNTICO LUCHADOR DE LA VIDA.
PUBLICADA EN  DIARIO LA NACION DEL 18 de Febrero de 2011.
La fabulosa historia de Sergio Torres, un marplatense de 27 años que con su equipo de 5ta divisón hoy jugará con Manchester United
Por Carlos Beer
¿Quién se anima a hacer un ranking de sueños? ¿Quién es capaz de trazar un escalafón de desafíos superados, de metas alcanzadas? ¿Quién puede levantar la mano y asegurar, aunque sea por un instante, "hoy le gané a la vida"? Eso puede afirmar Sergio Torres, un marplatense de 27 años que juega en Crawley Town, un equipo semiamateur de la quinta división inglesa y que hoy probablemente perderá por varios goles ante Manchester United, por los octavos de final de la FA CUP. Ganar o perder un partido de fútbol a veces no importa. Para este argentino que hace siete años viajó a Inglaterra a desafiar al destino, el triunfo del alma está asegurado más allá de lo que pase dentro de la cancha.

Con la valija cargada de muchos sueños y muchos miedos, Sergio tomó el avión rumbo a Londres. Tenía en el bolsillo 300 dólares y un pasaje rumbo al reino de la incertidumbre; dejaba en su ciudad natal una vida organizada, con un trabajo en una fábrica de ladrillos junto a su padre, estudios en el profesorado de educación física y un futuro como futbolista en Banfield, de Mar del Plata. Sucesivamente, fue esquivando piedras y pasando pruebas. A veces daba un paso adelante; otras, dos atrás. Su primer intento fue en una prueba en el Brighton. No pasó porque lo consideraron débil para un fútbol tan físico. Encontró su lugar para demostrar sus condiciones en Molesey, de la ¡octava división! Al año pasó a Basingstoke, de la sexta, y en 2005 firmó su primer contrato como profesional con Wycombe, de cuarta.
Pero si en su carrera futbolística había dificultades, fuera de la cancha eran muchas más. El primer hogar inglés de Sergio fue la casa de un representante camerunés donde vivía con otros cinco africanos. Con uno de ellos tenía que compartir la cama. Sergio no aguantó, se peleó con el camerunés y durmió donde pudo. En Basingstoke, un hincha se enteró de sus problemas y le ofreció vivir en su casa con su esposa, con la que se había casado sólo dos semanas atrás. Duró unos meses, hasta que el matrimonio, lógicamente, quiso algo de privacidad. Pasó a dormir en una habitación debajo de la tribuna del club, donde escondía la cama cuando los días de partidos se recibía ahí a la dirigencia visitante.
Por supuesto, su vida no era 24 horas de fútbol. Tuvo varios trabajos para subsistir. En una distribuidora realizaba tareas desde las 6 hasta el mediodía. Igual en una farmacia, en donde estaba encargado de controlar el inventario de las estanterías. A veces trabajaba los sábados, y tres horas después entraba en la cancha para jugar por el torneo.
En 2005 logró el gran salto: Basingstoke perdió 8 a 2 frente a Wycombe, cuyo entrenador, John Gorman, quedó deslumbrado por este pelilargo de buen trato de pelota, una rareza en esas categorías. Llegó la mudanza y un día de gloria: cuando jugó la semifinal frente a Chelsea por la Copa de la Liga en 2008. Luego, este buscavidas pasó por la segunda en Peterborough United, recaló fugazmente en Lincoln y aterrizó esta temporada en el muy humilde Crawley, que le permitirá hoy concretar el sueño del pibe y jugar en Old Trafford.
La BBC inglesa se interesó por su fascinante historia, le hizo una entrevista y Torres afirmó: "Amo el fútbol. Por eso hice tantos sacrificios, que ahora se ven recompensados". Queda todo dicho.

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