jueves, 17 de febrero de 2011

Argentino C - La verdadera patria futbolera

Torneo del Interior 2011 o Argentino C
La verdadera patria futbolera
Hay un Real Madrid, un Messi vago, un equipo de presos y juega el flaco Vivaldo, entre otros. Es el torneo más federal del país: lo juegan 319 equipos de Norte a Sur y de Este a Oeste. Y mezcla equipos de los más variados. Algunos juegan con temperaturas bajo cero, otros a 3.600 metros de altura, algunos tienen sustentos económicos, otros juegan sólo por amor al deporte. Historias varias de un campeonato que hasta tiene un equipo de presos.
Lo decidió Riverito
Una semana después de la fiesta, del pase al Argentino C y de la vuelta olímpica masiva, se pudrió todo. La Alianza Atlético-Defensores de Ayacucho, ganadora por penales, ante más de dos mil personas, del torneo de la Unión Regional Deportiva (con representantes Rauch, Tandil y Benito Juárez), decidió disolverse por las diferencias irreconciliables entre dirigentes de los clubes. Fue una bomba. Pero el conflicto real surgió cuando alguien preguntó, con criterio: “¿Y ahora cuál de los dos va a jugar el Argentino?”. Tras ridículas alternativas, se optó, obviamente, por la más ridícula: par para Atlético, impar para Defensores y “plata o mierda” en la Lotería Nacional. Salió el 73 y la plaza quedó para Defensores. El club entonces tocó el cielo con las manos y pasó a formar parte de la zona 58 del inexplicable Argentino C (en realidad, Torneo del Interior), la última categoría fiscalizada por AFA, el campeonato más amateur de los profesionales, el más federal de la Argentina.
Participan en él 319 equipos (récord) de 23 provincias que abarcan todos los extremos del mapa.
Están divididos por cercanía geográfica en 84 grupos de tres o cuatro conjuntos. Para lograr uno de los tres ascensos directos hay que superar seis desgastantes instancias eliminatorias y luego disputar finales. Para llegar a Primera, el camino es aún más largo: se debe superar el Argentino B, el A y, finalmente, la B Nacional.
De Ushuaia a La Quiaca, como León
En el Argentino C se juega en San Salvador de Jujuy, a 3600 metros del nivel del mar (General Lavalle), la misma altura que en La Paz, y la pelota dobla, aunque Daniel Passarella no lo crea. Y se juega también en Ushuaia, con césped sintético porque si no el pasto se quema con la nieve que cae en algunas partes del año. Allí, como en muchos otros lugares, los jugadores no cobran, trabajan paralelamente y, la mayoría, proviene del fútbol de salón, verdadero interés del público de la zona. La gente va con el auto y mira los partidos desde el alambrado. Los Cuervos del Fin del Mundo, peña de San Lorenzo, son la gran atracción. Pero no llevan ni la mitad de público que el equipo de los Camioneros, por ejemplo, que es financiado por los Moyano, Hugo y Pablo. Ahí sí se pagan sueldos (cinco mil pesos el promedio y un poco más para la estrella, Facundo Gareca) y sí se siente el aguante: cerca de tres mil afiliados al gremio acompañan fielmente, se juegue donde se juegue, ya que el sindicato pone micros para movilizar a la gente, cual acto político. El club fue fundado en 2006, contrató a Hugo Smaldone (ex Español) como DT, realizó pretemporada para encarar la actual edición del torneo y, dicen, hasta concentra antes de los partidos. No es la única institución respaldada por gremios: también está Mutual UTA. Otro club que realizó una pretemporada fue Nautico Hacoaj, exclusivo representante de la comunidad judía, que afronta su cuarta participación consecutiva en el certamen. Por reglamentación interna, todos los jugadores son del club y pagan la cuota mensual.

El mundo del revés
Acá hay un River que gusta y golea, aunque es de Embarcación. Y hay un Real Madrid, que no ostenta como el español, pero lidera la zona 84. Es el Real Madrid de Río Grande, que usa los colores de Boca, y se luce en uno de los puntos más australes de la competencia. Y hay un Huracán que va invicto (el de Carlos Tejedor).

Claro que a todos ellos les cuesta mucho más que a los clubes de Primera. Porque el Argentino C no es barato. Se estima que para esta temporada, entrar en juego implica una inversión no menor a los 30 mil pesos. Cada presentación de local cuesta alrededor de tres mil pesos, que se van entre el pago arbitral (con respectivo alojamiento), el aporte a la liga local y otros asuntos burocráticos como el antidóping y el seguro al espectador. “La verdad, llegamos con lo justo. Es más, muy posiblemente, terminemos la primera rueda con perdidas. Es más, si pasamos de rueda no sé qué vamos a hacer. Pero nos mandamos porque la gente nos pedía dar un saltito de calidad. Jugar el Torneo del Interior significa mucho para clubes chicos como el nuestro”, comenta un dirigente de la patagonia.

Y significa mucho también para un chico como Aimar Centeno, ex ganador de un reality nacional que fue por Canal 13. Fue al Real Madrid (el galáctico de España), pero no quedó y hoy está en FC Origone, de Agustín Roca.
Un Ciruelo que sigue bien dulce
Los contrastes son permanentes. Participan equipos que van a pérdida y otros que se manejan profesionalmente (Belgrano de San Nicolás). Y participan jugadores que tienen que trabajar paralelamente y otros cuyo trabajo en la vida ha sido, justamente, el de ser futbolistas. Porque en el Torneo del Interior se puede descubrir a un Jorge Vivaldo, quien con 43 años, se luce en Unión de Del Viso (que también contrató a Silvio Carrario) o a Andrés Guglielminpietro, que se dio el gusto, con 36 años. De seis partidos en la Selección, ex Inter, Milan y Boca, el Guly jugó –y metió un gol de penal- para Del Acuerdo de San Nicolás en el 2 a 2 ante Belgrano de San Nicolás. También están tipos Como Nelson Agoglia (ex Español), Rodrigo Astudillo (ex Talleres) y Marcelo Pontiroli (ex Lanús y Quilmes), entre muchos otros. En El Frontón de San Andrés de Giles ataja Marcelo Pontiroli, oriundo de la zona, quien venía de participar de la B Nacional (Deportivo Merlo).
La Academia de General Galarza ganó sus cuatro partidos y también pasó de ronda. ¿El dato? Lo dirige el Mencho Medina Bello


Pero hay uno que se destaca por sobre el resto: Rubén Darío Piaggio (ex Ferro). “A veces me saco del equipo. El domingo pasado, por ejemplo. Ya había hecho lo mío, así que dije ‘afuera el 10’, y puse a un pibe para que corriera, jeje”, afirma desde Banderaló, un pueblo de 1.500 habitantes. Desde hace cuatro temporadas Ciruelo oficia de jugador-técnico. Y entonces, cuando se cansa, hace una seña y manda el cambio. Por él mismo. Lo que había hecho el domingo antes de salir de la cancha era un gol, de penal, para el triunfo de su equipo, Ingeniero White. Nacido en General Villegas, Piaggio cumplirá 41 años el 2 de abril, pero todavía se siente joven. Y no está errado: “Voy goleador, hice cuatro en tres partidos”, detalla. Su equipo marcha primero, con puntaje ideal. Y ya está clasificado para la ronda siguiente. Ciruelo disfruta: “Juego de enganche, manejo la pelota parada. Estoy bien entrenado, ojo”, aclara. Y en Banderaló lo quieren: el año pasado, el primero suyo en Ingeniero, logró que su equipo ganara los tres campeonatos locales en juego. Y hasta coronó a dos divisiones menores, en su rol de DT. “No me quieren cobrar en ningún lado”, se ríe. La doble función lo obliga a realizar un ejercicio de anticipación: “Muchas veces me imagino cómo se va a desarrollar el partido, para ir pensando los cambios. Entonces, cuando llega el momento de resolverlos, ya los tengo bastante claros”, cierra.
El Messi del subdesarrollo
Suponiendo que cada equipo tiene 25 jugadores en el Argentino C, estarían participando 7975 jugadores. Hay historias de sobra para contar. Está la de Gabriel Fiori, delantero de Pacífico de Bahía Blanca (114 años de vida, primera participación en un torneo de AFA), quien se disgustó con el diario local porque le decían gordo.
Está la de Rodolfo De Paoli, relator de Fútbol Para Todos, que en sus ratos libres pone la cara en Deportivo Coreano. Y está la de los cameruneses Nouwe Landry y Cristhian Hjike Tountchap quienes, insólitamente, cayeron en Bragado y son refuerzos de Banco Nación. “Vivo en Argentina hace dos años y conozco el fútbol de acá. Hasta estuve analizando rivales”, afirmó Landry.
Pero hay una historia que se impone: la del falso Messi. Se llama Emanuel Barbosa, es chaqueño y tiene 22 años. Jugaba en Lanús, pero le fue mal y se volvió. Más tarde lo echaron de Rivadavia de Lincoln (lo despidieron por indisciplinado). Las buenas lenguas dicen que es un loco lindo, tal vez un poco vago. Las malas lenguas directamente lo acusan de borracho. Lo cierto es que Viamonte FC de Los Toldos, apostó por él para el Argentino C (a préstamo) y mal no le fue. “Acá la gente lo ama, se hace querer”, señala la periodista local Angelina Lombardo. La única exigencia de Barbosa fue un laburo en blanco y una vianda para después de cada partido. Luego de cada encuentro, los chacareros más adinerados de la zona arman una vaquita y le pagan su premio estipulado por gol convertido. Hasta ahora justificó la inversión. No como José Rodríguez, único refuerzo de Sporting Las Heras de Concordia, quien tiene un sueldo de tres mil pesos (y casa) y todavía no rindió ni la mitad que los veteranos del club: Juan Jones (42 pirulos, comerciante), Gustavo Benítez (40, peón rural) y Pablo Hamade (40).

Sueños de libertad

El tema con Pioneros FC es que la mayoría de las picardías de los hinchas rivales quedan casi todas fuera de lugar. No pueden gritar: “Burros, deberían ir presos”, porque los jugadores de Pioneros ya están presos. No pueden gritar: “Dejen de robar, ladrones”, porque si bien hay tipos que cayeron por robo, también hay otros que cayeron por otros delitos. Y no está bien generalizar. Lo cierto es que este equipo, que fue creado en 2009 y representa a la liga de Campana, se ha llevado todos los flashes del torneo. El plantel está integrado por 17 jugadores alojados en la Unidad 21 y por seis de la Unidad 41. También hay tres agentes, un ex interno y un ex integrante de la fuerza de seguridad. Hacen de locales en la cancha de Villa Dalmine ya que no los dejaron jugar en el penal y cuando les toca salir de visitantes tienen custodia personal (trabajan en conjunto los policías de la Unidad 21 y los de la seccional a cargo de la zona del partido). Contra Evertón de La Plata hubo casi 100 efectivos. En los tres encuentros que disputaron hasta ahora, las pequeñas distracciones defensivas se pagaron caras: 1-7, 2-4 y 1-8. Pero esos datos fríos a nadie le importan.
Todo éstas perlitas y muchisimas más conviven en el Argentino C.
La Biblia y el calefón.
La verdadera patria futbolera.

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